Durante la madrugada del jueves, Daniel Osvaldo publicó en su cuenta de Instagram un sensible video donde habla a corazón abierto y revela que se encuentra atravesando una fuerte depresión, que lo llevó a una adicción al alcohol y las drogas. «Mi vida se me está yendo de las manos», manifestó el exdelantero de Boca, Huracán, Banfield y la Selección de Italia, entre tantos otros, y reavivó un tema delicado que se volvió bastante habitual en el mundo del fútbol y no deja de preocupar.
A lo largo de la historia, sobre todo en los últimos años, hubo varios casos de futbolistas que manifestaron públicamente estar atravesando problemas de salud mental, o haber sufrido depresión de la que pudieron salir adelante. Andrés Iniesta, Gianluigi Buffon, Josip Ilicic, Wayne Rooney, Paul Pogba, Thierry Henry y algunos más fueron noticia a nivel mundial por haber revelado la delicada situación que pudieron superar, pero no todos se animan a hablarlo públicamente, otros ni siquiera a exteriorizarlo con su círculo íntimo, pero sí es un denominador común destacar la importancia de saber pedir ayuda.
Los alarmantes datos de la depresión en el fútbol
En 2021, la FIFA, ente que regula el fútbol a nivel mundial, lanzó la campaña ‘Reach Out’ para concientizar sobre la salud mental en el deporte, luego de los alarmantes datos recogidos por FIFPro. El sindicato internacional de futbolistas profesionales informó que el 23% de los jugadores en actividad sufre trastornos del sueño, un 9% sufre depresión y otro 7% ansiedad. Además, las cifras aumentan con los ya retirados: el 28% sufren problemas de sueño, un 13% depresión y un 11% ansiedad.
El caso que más sacudió el mundo del fútbol fue el de Robert Enke, quien supo ser arquero de Barcelona, encontró su mejor nivel en Hannover 96, que lo llevó a ganar el premio al mejor en su puesto en la Bundesliga y a la Selección de Alemania, pero nunca pudo superar la muerte de su hija de apenas dos años, que había nacido con una malformación en su corazón, y se hundió en una depresión que lo acompañó durante varios años hasta que el 10 de noviembre de 2009, al salir de un entrenamiento, tomó la decisión de quitarse la vida. La noticia impactó a todo el planeta y, a raíz de su historia, se creó la Fundación Robert Enke, que se ocupa principalmente de la salud mental de los jugadores.
¿Y después del retiro qué?
Marcelo Roffé es el autor del libro ‘¿Y después del retiro qué?’, lanzado en 2019 y que cuenta con testimonios de más de 130 futbolistas, 88 ya retirados y 42 que todavía se encontraban en actividad, y donde el 43% de los que colgaron los botines admitieron que les costó mucho el día después. «El retiro es un tema tabú. Por eso publicamos un libro, que es una investigación a 130 futbolistas de elite, donde queda muy claro que el vacío que plantea la finalización de la carrera es insustituible y es un duelo que hay que elaborar, que para muchos es normal y lleva entre nueve meses y dos años, pero para otros es patológico, derivando en todo tipo de adicciones: al juego, a las sustancias, al alcohol, la compra compulsiva, las drogas, etc»,le contó Roffé a TyCSports.com.
Según informa la publicación, 67 de los 88 retirados se reinsertaron o quieren hacerlo, mientras que de los 42 aún en actividad, 36 ya piensan en el retiro, 26 creen que les va a costar el día después y 28 piensan reinsertarse en el deporte. Sin embargo, el dato alarmante es que apenas el 22,5% consultaron por ayuda profesional, afianzando la idea de que «de esto no se habla».
«La depresión es una enfermedad invisible que, según la Organización Mundial de la Salud (OMS), la tiene más del 10% de la población mundial. Una enfermedad invisible y silenciosa, que no necesariamente te lleva al suicidio, pero una depresión no agarrada a tiempo puede derivar en una melancolía y eso en un intento de suicidio, como ha pasado con el Morro García», explicó. «La depresión ha sido normal en jugadores en actividad, como Iniesta y Buffon que lo hicieron público, y lo que más importa de estos casos es que se le da visibilidad a la salud mental de los deportistas, pero lamentablemente cuando sucede algo dramático. No se habla de esto cuando la vida está tranquila, se habla desde la urgencia y por 48 horas y después se olvida. No hay un plan de promoción de salud mental. De hecho en el fútbol argentino solo seis clubes de 28 de Primera División tienen psicólogo y no hay una planificación a nivel gubernamental o de organizaciones del fútbol en relación al día después del futbolista», añadió más tarde.
Además, aseguró que es una problemática que «lamentablemente sucede en la mayoría de los países del mundo» y aseveró que «estas depresiones y adicciones requieren de una ayuda y un tratamiento psicológico y psiquiátrico. Las pastillas solas no te curan, te ayudan a salir de la crisis y son necesarias pero, si no se acompañan de un tratamiento psicológico, la persona no se recupera, y eso lleva bastante tiempo y muchas recaídas en el medio».
La depresión en el fútbol argentino
Durante los últimos años, hubo casos que quedaron marcados en el recuerdo de todos, como el trágico día en que encontraron sin vida, con un disparo en la cabeza y el arma de fuego a su lado en su domicilio en Mendoza a Santiago García, luego de que pasaran algunos días sin responder a su teléfono, el 6 de febrero de 2021, en medio de las restricciones por la pandemia de Covid-19 y tras atravesar una fuerte depresión por problemas para ver a su familia. «Los jugadores no somos robots, no estamos hecho de acero. Varios problemas personales fueron influyendo en mi rendimiento, no fue fácil para mí», fue la señal de alarma del Morro tiempo antes de tomar la drástica decisión.
Poco tiempo antes, en abril de 2019, el cuerpo de Julio César Toresani fue encontrado en el hotel del predio de la Liga Santafesina de Fútbol. Su carrera como entrenador nunca logró despegar y, con problemas familiares y laborales, según consignan medios santafesinos, en los últimos días antes de que decidiera quitarse la vida estaba sumido en un cuadro depresivo y había sido atendido en el Hospital Cullen, de Santa Fe.
Mirko Saric, el caso que marcó el fútbol argentino
Debutó en San Lorenzo en 1996 y rápidamente emergió como una de las grandes joyas del fútbol argentino. Era comparado con Fernando Redondo y ya era seguido de cerca por Real Madrid, pero sufrió una grave lesión de ligamentos que lo alejó de las canchas y volvió fallida su traspaso al Merengue. El 4 de abril del 2000, su madre lo encontró sin vida en su habitación. Aquel episodio fue el primero que dio pie a cuestionar la importancia de la salud psicológica de los futbolistas. Durante mucho tiempo se creyó que su suicidio se debió al trasfondo futbolístico, pero su mamá Ivana reveló años después el verdadero motivo.
«Mirko estaba feliz porque había sido papá. Era una chica del barrio y sabíamos cómo se manejaba cuando él estaba concentrado… La enganchaban con muchos pibes. Nosotros le pedimos que se hiciera un ADN, porque yo quería saber si era realmente abuela», le contó a Infobae en 2020. «Dio negativo. Un día me llama con voz de ultratumba y me dice: ‘Mamá, venite urgente para casa’. Cuando llego me muestra los resultados y me dice: ’¡Tenías razón mamá!’. Lloraba a más no poder. Te juro que en mi vida quise tener la razón. Ojalá hubiera sido de él porque si ese hijo hubiera sido suyo, no se hubiera matado», cerró.
Otro caso que sacudió a la Argentina fue la de Sergio Schulmeister, quien vistiendo los colores de Huracán, se suicidó el 4 de febrero de 2003 y volvió a poner en el foco la pregunta sobre la salud mental y cómo prestarle atención. «Yo me acuerdo que la última vez que lo vi fue en un viaje que él hizo a Coronel Suárez (su ciudad natal), uno muy particular, y recuerdo que lo despedí y él estaba con todas las ganas e ilusión. Con el tiempo entendí que ese viaje que él hizo por ahí fue una despedida porque hizo cosas que nunca había hecho, como pedir de ir a ver a mi madre, compartir un asado, visitar a mucha gente de la que estaba alejado, pero uno en ese momento no supone que está planeando algo», contó su hermano Hugo en La Nación años más tarde.
Almeyda y el ejemplo de que se puede superar la depresión
En el libro ‘¿Y después del retiro qué?‘ de Marcelo Roffé, se destaca la historia contada en la biografía autorizada de Matías Almeyda llamda ‘Almeyda, Alma y Vida’, donde recuerda que el histórico mediocampista desarrolló una adicción al alcohol durante su carrera y por eso dejó el fútbol muy joven, en 2005 y con apenas 31 años. Se retiró al campo durante algunos años, intentó volver en Fénix pero no pudo, y comenzó con un estado de depresión. «En los momentos difíciles no había quién me levantara. No era yo y lo único que quería era estar con los ojos cerrados. Es muy difícil que te comprendan y esto que pasé no se lo deseo a nadie», detalló el Pelado en Clarín. «Me decían que tenía que ir a un psicólogo. Me sirvió un montón hacerme analizar», recordó.
El click le llegó cuando a una de sus hijas le pidieron que dibuje a su familia y a él lo hizo como un león tirado. A partir de ahí empezó a jugar en el Senior de River, donde Enzo Francescoli le propone volver a las canchas por su buen estado. Finalmente en 2009 regresó al deporte profesional con la camiseta del Millonario y se terminó transformando en uno de los mejores jugadores y capitán del equipo.
El ascenso y juveniles no son la excepción
Durante la última década, se han conocido cada vez más casos de jugadores que perdieron la batalla contra la depresión. El 20 de abril de 2023 encontraron sin vida a Federico Maraschi, jugador de 38 años de Ciudad Bolívar, con pasos por Almirante Brown, Barracas Central, Defensores de Belgrano, Atlanta y Deportivo Merlo. El 28 de noviembre de 2022, Maximiliano Gay, surgido de Deportivo Armenio, con pasos por Deportivo Rincón de Los Sauces, Alem, Camioneros de General Rodríguez, Argentino Peñarol y Alumni de Villa María hasta su retiro en San Martín de Burzaco en 2021, fue hallado ahorcado. Similar al caso de Claudio Apud, de 36 años, que el 31 de diciembre de 2018 se quitó la vida en Bahía Blanca, son algunos de los que más trascendencia tuvieron.
La depresión y el suicidio no afecta solo a los futbolistas profesionales. En 2020 los juveniles Alexis Ferlini y Leandro Latorre, que tiempo antes habían quedado libres de Colón y Aldosivi, respectivamente, se quitaron la vida. Como estos también hayvarios casos de futbolistas que sufren depresión o que atravesaron problemas de salud mental, algunos pudiendo y otros no, salir adelante.
Lugüercio y una iniciativa para ayudar a los futbolistas a «disfrutar el camino»
Luego del fútbol, Pablo Lugüercio encontró una actividad en la que se siente útil: escuchar y acompañar a cada futbolista en su trayectoria. «Soy un mediador que trata de generar un buen clima laboral escuchando a todos los protagonistas y tratando de que con empatía, justamente de un exfutbolista que ha pasado por muchas de las mismas situaciones que ellos atraviesan, los pueda acompañar en sus procesos», le contó en 2020 a TyCSports.com cuando comenzó con su rol, hasta entonces inédito, en Estudiantes.
«Los futbolistas estamos en un contexto en el que día a día tenés que demostrar y rendir al máximo. Eso te lleva a tener desgaste, presión y a veces también nos olvidamos que somos personas y tenemos problemas. Creo que esa tensión durante mucho tiempo desencadena un estrés y puede guiarte a un camino como el que tomé yo que me hizo aislarme. Estuve seis meses sin salir de mi casa hasta que pude apoyarme en profesionales y recuperarme”, relató.
Las ganas de involucrarse en esto le surgieron cuando aún era jugador. En el Pincha conoció al trabajador social Raúl Salas y juntos idearon el proyecto Wake Up, el cual busca llevar a cabo, independientemente a un club, la misma tarea que el Payaso realiza en Estudiantes. “Intentamos que todas las problemáticas que existen dentro del fútbol por la cantidad de años que hacemos este deporte, y muchas veces en soledad, se transformen en experiencias positivas”, explicó.
- * La Sedronar brinda orientación y contención a través de la línea 141, anónima y gratuita, y vía el mail consultas@sedronar.gov.ar. Y pone a disposición material de descarga para aprender sobre la problemática de consumo y saber cómo cuidar a nuestras y nuestros jóvenes durante la cuarentena, en este enlace.
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- Línea de Salud Mental en Ciudad de Buenos Aires: 0800-333-1665 las 24 horas, los 365 días del año.
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