Desde hace unos días, solo se habla de esto. Argentina es a mí entender uno de los 5 países (de
209 existentes) más apasionados por el fútbol del mundo, junto a Brasil, Italia, Grecia y Turquía.
Hay un exceso de pasión que nubla la razón de todos: hinchas, dirigentes, periodistas, etc.
Trataremos de reflexionar juntos sobre 11 puntos que intentan darnos luz acerca de esta
apasionante final que se viene, sin antecedentes de ningún tipo, en un clásico recomendado
mundialmente como una de las maravillas que deberíamos ver antes de morir. En este análisis
desde la psicología deportiva, iremos de lo macro a lo micro. A saber:
- Violencia: Hace 5 años el fútbol argentino se juega sin público visitante. Rosario Central
Vs. NOB se jugó hace días sin público. Acaban de matar a dos “hinchas” de Unión de Santa
Fe y a un hincha de Boca luego del partido con Palmeiras. El presidente de Boca y el de
River acuerdan jugar sin visitantes más allá del deseo del Presidente de la Nación. El
presidente de River declara “no quiero cargar con un muerto”. La sociedad no está
preparada para esta “convivencia”. Es el país con más muertos en una cancha de fútbol y
con más asociaciones de familiares de víctimas de la violencia en el fútbol. Messi renunció
a la Selección por las barbaridades que le dijeron. Para muestra basta un botón. El exceso
de pasión lleva a la violencia. River y Boca se suspendió hace 2 años por el gas pimienta
que un hincha de Boca le tiró a 6 jugadores de River. Inédito pero real. - Protocolo de convivencia: Es el momento en que El Estado tome cartas en el asunto junto
a la AFA y trabajen en equipo para escribir un protocolo de “convivencia” para mitigar las
cargadas en hogares, oficinas, y fábricas (hay parejas uno de Boca y otro de River, padres
de un club e hijos de otro, etc.) y filmar spots publicitarios con DT de ambos equipos,
jugadores, hinchas y dirigentes, bajar los decibeles, desdramatizar. Necesitamos acciones,
no palabras vacías. Vivimos en una sociedad enferma de violencia, sin contenidos, donde
la alegría parece ser ver como sufre el eterno rival y no gozar por el logro de uno. El canto
de guerra de ambas hinchadas es: “Quiero la Libertadores y un bostero/ una gallina
matar”…Desdramatizar es llenar de contenidos, perder no es fracasar, aunque duela. Es
cierto, hay mucho en juego, pero es el momento de educar. La vida continúa. - Localías e historia: Boca sufrió menos en su historia que River. Pero si pierde podría ser el
mayor golpe de su vida. Hace 10 años no gana un título internacional, alguna vez estuvo
11 años sin salir campeón, no más que eso. River descendió, estuvo 18 años sin salir
campeón, estuvo más de 10 años perdiendo con Boca siempre (incluidas la final con gol de
Suñé de tiro libre, la del gol de Potente, etc.). Esta tendencia se revirtió en los últimos 4
largos años desde que Gallardo conduce River. River lo eliminó de la Copa Sudamericana a
Boca que luego ganó, en 2015, luego lo eliminó de la Libertadores que luego ganó en 2016
y este año le ganó la final de la Supercopa. Y hace un mes y medio le ganó en la Boca
claramente. Es interesante analizar el efecto casa: Boca ganó los últimos dos clásicos en el
Monumental y River ganó los últimos dos clásicos en la Bombonera. Ser local no es una
ventaja. Y esta serie se define en el Monumental .Allí Boca lo eliminó en la misma copa
por penales en 2004, luego de haber perdido 2 a 1 sobre la hora. Pero también hay que
decir que River ganó su tres Copas Libertadores definiendo de local, aunque ante equipos
extranjeros. Boca lleva paternidad sobre River en el historial, pero no estos últimos años.
- La presión extra de una final: Desde la psicología deportiva sabemos que sólo el 10 por
ciento de los futbolistas rinden en una final bajo tanta presión, igual que en un partido
común. Y como esta superfinal no tiene antecedentes, será televisada a todo el mundo y
hay tanto en juego, la presión será enorme. Sabemos que estos jugadores están
entrenados para rendir bajo presión, pero también sabemos cómo desarrollamos en los
puntos 1 y 2 que es una sociedad cruelmente exitista y que el fútbol comenzó siendo un
juego, luego fue un deporte, luego fue un espectáculo, luego un negocio y hoy es casi un
negociado. Cómo se recupera el placer lúdico bajo tanta presión es el dilema. No por
casualidad, los dos equipos más grandes de la Argentina cuentan con un profesional de la
salud mental, un psicólogo especializado en deporte, para cuidar y entrenar la mente de
sus deportistas y ayudarlos a convivir con la ansiedad, los miedos y las presiones. Las
emociones también juegan. - Liderazgos de los entrenadores y su influencia: El entrenador es el único que está
pensando las 24 horas cómo hacer para que su equipo juegue bien y gane. Los mellizos
Barros Schelotto tienen la asignatura pendiente de un título internacional. Lo saben.
Gallardo esa cuota la pagó, pero el fútbol es hoy. Lo pasado pasó, es historia. En Boca
parece haber un liderazgo mixto de conducción y dirección, en River hay liderazgo, la
pregunta es ¿Cuánto influirá en los jugadores de River que su DT no esté al costado del
campo siendo tan presente como es? Cuánto influirá en los jugadores de River que el
capitán Ponzio no estará en la primera final? River está más trabajado como equipo y eso
genera un plus. Boca ganó muchos partidos por sus individualidades más que por la
construcción, pero estos últimos partidos se lo vio mucho más sólido. Paradójicamente y
sin terminar de ser un equipo, Boca llega en un buen momento de amalgama. - Arqueros: El arquero es el puesto más difícil del fútbol. Te da o no te da seguridad. No
cualquiera lleva el 1 en la espalda. Y sin bucear en cuestiones técnicas, en lo estrictamente
psicológico, hoy Armani llega de otra manera que Rossi. Más seguro. Con más experiencia.
Habiendo ya jugado Copas Libertadores y habiendo ganado la misma con Nacional de
Medellín. Para Rossi, ya escribimos en el diario deportivo Olé hace días; es difícil rendir si
siempre desconfían de él y le traen un arquero y además más allá de su talento que es
real, el arquero madura a los 25 años. Lo bueno es que los Técnicos de Boca lo
mantuvieron siempre, aun cometiendo errores. - Delanteros con gol: en el diario La Nación salió Diego Latorre, uno de los más avezados
columnistas diciendo en su columna dominical que Boca está en un buen momento con
Wanchope Abila y Benedetto como alternativas de ataque. Y que River ha perdido un poco
de contundencia arriba. Habrá que creerle. En las dos áreas se definen los partidos. En una
tiene ventaja River y en la otra Boca, hoy, y esto responde al momento de los jugadores.
En alto rendimiento y a este nivel todo se termina definiendo en pequeños detalles. Y el
que hace más goles gana. En la final no vale el gol de visitante. El centrodelantero es el
puesto más difícil luego del arquero, y es igual que el arquero, el que te puede salvar o
hundir, el puesto individual dentro de un deporte de equipo. - Árbitro: Es el único que no tiene hinchada, el que menos gana, el más insultado por todos,
el que tiene que administrar justicia en un país donde a veces sentimos que hay leyes pero
NO justicia. Y es el que buscan como “chivo expiatorio” para justificar una derrota. El
equipo arbitral elegido, deberá estar a la altura de las circunstancias y es muy importante
la ayuda del VAR (Video assistant referee) para reducir el margen de error. El árbitro no
debería sentir que si lo consulta es un signo de debilidad, al contrario. Ante la menor duda,
debería consultarlo. A su vez vale remarcar que el árbitro debe tomar muchas decisiones
en un partido (más de 100 y más que los jugadores) y por ese motivo debería tener un
entrenamiento mental acorde para tener una óptima concentración y toma de decisiones
bajo presión, con un psicólogo deportivo especializado. - Penales: Definir una Copa Libertadores, una del mundo de clubes, una Champions League
o un Campeonato MUNDIAL por penales es una aberración. Lo vengo diciendo hace rato.
Más allá de que el riesgo de ACV, infartos y suicidios aumentaría en los hinchas por el gran
estrés que esa instancia conlleva, las autoridades deberían comprender que el azar cobra
más protagonismo y que la teoría del juego y de las probabilidades es determinante. No
creemos que el penal es una lotería pero si que el azar influye más que en el partido. El
arquero y su estudio influyen. La técnica y el manejo de la presión del ejecutante también.
Dos ejemplos: Barovero el día anterior de detenerle el penal a Gigliotti había atajado sólo
dos penales de 44. Y ahí tuvo 100 por ciento de efectividad y al pobre de Gigliotti lo
exiliaron a China, cuando en realidad erra el que se anima a patearlo y ni Gago ni Cata se
lo pidieron, siendo que eran los 3 designados. El Pity Martinez el otro día esperó 8 minutos
desde la sanción del penal vs Gremio y hasta su ejecución. Y lo pateó con maestría al
cuadrante superior derecho, donde es inatajable si sale bien, arriesgando y mucho, bajo
una enorme presión. - La argentinidad al palo: Es un país tan especial que en vez de estar contentos de que el
campeón será argentino y que superaremos a Brasil en Copas Libertadores, estamos
pensando qué le va a pasar al que pierde. Pablo Perez, el capitán de Boca declaró: el que
pierde tendrá que bancársela. Coria y Gaudio jugaron la final del torneo más importante
de polvo de ladrillo del mundo y uno ganó y otro perdió, como pasará ahora. Pero el
resultado positivo o negativo les cambió la vida deportiva y personal a los 2 para siempre.
Pasará lo mismo en este caso aunque se trate de equipos? - Pronóstico reservado: aunque River era punto en marzo en la final de la Supercopa y Boca
banca y se lo llevó River Y esta vez la tendencia parece ser al revés, River llega como banca
levemente, el análisis de probabilidades es muy parejo, 50 y 50. Como decía el Gran Dante
Panzeri, EL FUTBOL ES DINAMICA DE LO IMPENSADO. La cabeza y las emociones también
juegan. Y la zanahoria para los hinchas y jugadores de Boca parece ser muy grande de dar
la vuelta olímpica en el Monumental y para los de River, el gran desafío será impedirlo.
MARCELO ROFFÉ
5-11-18
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